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viernes, 28 de agosto de 2009

MIRAR DENTRO


Despues de este estado llamado estival o de vacaciones, uno debe tener un tiempo de reflexion, sobre como es para cada uno el tiempo de "no trabajar" .

A mi este año me ha resultado muy enriquecedor , al darme cuenta de muchas cosas y verme completita en un 360º...... entre nosotros , duro muy duro , ser consciente de lo que me esta pasando y estoy viviendo es una fortuna y yo no reniego de ese tesoro , pero no por ello lo que vemos de uno mismo deja de ser a veces doloroso.

Ahora con toda la cosecha que se sembro en su momento , con suerte en una tierra fertil ( de vez en cuando regada por algun buen amigo ) , que me ha dado muchos frutos y con los que de regreso no quiero perder ninguno de sus sabores , ni olores , con todos sus colores , muy a menudo teñidos de colores neutros como el negro , gris o blanco .

Ahora con el cestito lleno me dedico ha hacer confituras de amor , bollitos de soledad, yemitas de ternura , buñuelos de perdon , rosquillas de compasion ,bocadillos de egoismo ..... y todo tipo de alimentos que os podais imaginar que debere digerir poquito a poco durante lo que queda de año.
Y como el barco de la foto , empezare surcando nuevos mares en busca de maravillosos tesoros.

PLACER Y DOLOR


Cada emoción ocurre como un polo del eje "placer-dolor". No hay emociones buenas o malas: cualquier emoción puede ser una oportunidad de crecimiento y cualquier emoción puede ser una fuente de sufrimiento. La felicidad y la efectividad en la vida no dependen tanto de la emoción concreta que se experimente, como de la capacidad que se tenga para laborar esa emoción con inteligencia. La gente habla, sin embargo, de emociones buenas y malas. Es así porque los humanos, al igual que el resto de los seres vivos, tenemos un apego instintivo al placer y una aversión instintiva al dolor. Pero, como descubre todo pez enganchado en el anzuelo, el placer momentáneo de comerse la lombriz no lo conduce a su supervivencia. De la misma forma, a veces las emociones más dulces pueden atrapar a la persona en los estados de ánimo negativos más terribles.
Cuando uno honra cualquier emoción, placentera o dolorosa, en el fondo se está honrando a sí mismo. Cuando rechaza cualquier emoción, uno se rechaza a sí mismo. Al respetar las emociones, se abre la posibilidad de vivir con intensidad; al rechazar las emociones (generalmente por miedo a la pérdida, el dolor y el sufrimiento), se cierra la posibilidad de vivir con pasión. Quien quiere evitar sentir intensa pena, deberá restringirse a no sentir intenso amor y quedará entonces condenado a no sentir intensa alegría.

EL CAMINO DEL LIDER


Cuentan que un hijo le dijo a su padre que quería ser un líder, y le preguntó cómo podía lograrlo. El padre le respondió que lo primero que tenía que hacer era estar consciente de sus conductas. Que cada vez que sintiera que había hecho daño a una persona, clavara un clavo en la cerca de su casa. El hijo aceptó el reto y empezó a tomar mayor conciencia de sus actos.
Siguiendo el consejo de su padre, comenzó a poner clavos con el martillo cada vez que hacía daño, maltrataba a una persona o no la respetaba. Luego de un tiempo el hijo dejó de poner clavos en la cerca, porque ya era consciente de sus actos y trataba bien a las personas. Entonces preguntó a su padre: ¿y ahora qué hago?
El padre le respondió diciéndole que por cada acto de bien y servicio que realizase, saca un clavo de la cerca. El hijo nuevamente aceptó el reto y empezó, poco a poco, a sacar los clavos. Ya estaba despierto, era consciente y además se dedicaba a ayudar a las personas. En poco tiempo logró sacar todos los clavos. Contento, se acercó donde su padre, quizá con un poco de soberbia y le dijo: ¡he terminado! ¡Logré sacar todos los clavos!
Finalmente he aprendido a ser una mejor persona, un líder. Sin embargo, acto seguido lo asaltó una duda: ¿ahora qué haremos con todos los huecos que dejaron los clavos en la cerca? El padre le respondió: "no los toques. Están allí para recordarte siempre que en tu camino de aprendizaje dejaste huella de dolor en la gente y que gracias a su entrega, comprensión y colaboración ahora puedes ser la persona que eres".
El primer paso que debe dar aquella persona que quiere ser líder es aprender a estar consciente, pues éste es un elemento clave para lograr el liderazgo personal. La historia termina con la etapa más evolucionada del liderazgo interpersonal: el servicio a los demás. No podemos ser líderes si no tenemos primero la capacidad de liderarnos a nosotros mismos.El liderazgo es un camino en espiral que va de dentro hacia fuera. Si una laguna que alimenta a un río no es profunda, si tiene poca agua, el río no podrá irrigar los campos y no se podrá sembrar ni cosechar. De la misma forma, si la persona no tiene primero un nivel de profundidad interior, no podrá irrigar un liderazgo constructivo y hacer crecer a las personas que la siguen.